A veces sentimos temor de permitirnos vivir algo hermoso, porque no queremos pensar en el momento en que nos enfrentemos al hecho que todo terminó, y nos cuestionamos ante las promesas que el corazón ofreció, de decir que era “para siempre” aquello que surgió y suspiró…
Enséñame que es para siempre que en ti puedo confiar, que enfrentaremos todos los obstáculos que se nos puedan atravesar, que aprenderemos a dialogar de todo aquello que nos pueda distanciar, para solucionar en todo instante cada dificultad.
Enséñame lo que es para siempre, para no volver a expresar: que tarde que temprano alguien se va y todo va a terminar; no quiero decir que otra vez sufrí y perdí, que hay cosas que no existen para mí, porque nada es para siempre y todo tiene un principio y un fin.
Enséñame que es para siempre, que ahí a mi lado vas a estar, que aunque no te vea diariamente, a eso no te vas a acostumbrar, y aunque ya yo sepa lo que por mí sientes, siempre me lo harás sentir y me lo vas a recordar… igualmente lucharé por hacerlo, para que creas plenamente que es para siempre lo que por ti siento y te quiero entregar.
Enséñame lo que es para siempre, y si por cosas del destino, nos dimos cuenta que las cosas no dieron para más, podamos recordarnos siempre con mucha paz y un cariño demasiado especial, que no nos haga doler ni sentir temor en el corazón y nos permita tener las puertas siempre abiertas para darnos otra oportunidad, de creer que siempre la vida nos regala otra oportunidad de poder ser amados y aprender a amar de verdad.
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